Desde el año 2013, el 8 de mayo se conmemora el Día Mundial de la lucha contra el Cáncer de Ovario. A pesar de ser un cáncer de tipo poco frecuente que afecta al 1,5% a 2% de las mujeres a nivel global, es la cuarta causa de muerte por cáncer.
Esta situación se debe a que, por un lado no existe un estudio de rutina para prevenirlo y, por el otro, hay escasas terapias efectivas disponibles para tratarlo.
En nuestro país se registran aproximadamente 2.200 casos anuales de esta patología que suele presentarse alrededor de los 60 años.
Los síntomas más comunes son digestivos (falla en la digestión, estreñimiento, diarreas, síntomas urinarios, dolor abdominal), por lo que suelen pasar desapercibidos o ser atribuidos a problemas gastrointestinales.
Además, es frecuente que estos indicadores aparezcan de forma tardía, dificultando la detección temprana de este tipo de cáncer.
Existen ciertas pruebas y exámenes que pueden ser útiles para detectar el cáncer de ovario como un examen pélvico, una ecografía transvaginal, marcadores tumorales, una tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM).
Es de suma importancia para la detección temprana realizar el control anual ginecológico.
Además, se recuerda que es imprescindible para la salud en general mantener hábitos saludables, realizar actividad física, evitar el consumo de alcohol y tabaco, y transmitir al profesional de la salud los antecedentes patológicos de familiares cercanos.