La provincia de Santa Fe atraviesa una temporada de dengue con cifras notablemente más bajas que en 2024. Según el último boletín epidemiológico, se registraron poco más de 6.800 casos, lo que contrasta fuertemente con los 58.000 que se contabilizaban a esta altura el año pasado. 

En exclusivo por la Nueva Nueve, Analía Chumpitaz, directora de Promoción y Prevención del Ministerio de Salud de Santa Fe brindó detalles del escenario actual y aseguró que "estamos en una situación muy distinta" a la de años anteriores.

La mayor parte de los casos se concentran en la zona sur de la provincia, principalmente en el departamento Rosario, "la zona centro-norte representa menos del 10% del total" detalló  Chumpitaz y advirtió que el epicentro sigue siendo el sur santafesino.

En lo que refiere a la cantidad de fallecidos, la funcionaria también evidenció una baja significativa: "Hasta el momento se confirmaron cuatro muertes por dengue con diagnóstico de laboratorio, frente a los 34 del año anterior. Estamos en una situación con una letalidad que es sostenible, no tenemos una letalidad aumentada o que nos alerte" comentó.

El descenso de casos se atribuye a múltiples factores. Por un lado, se espera que los picos epidémicos ocurran cada tres o cuatro años, y 2024 fue una de las temporadas más intensas en toda América. 

Por otro, la provincia intensificó sus políticas públicas de prevención, "hemos trabajado mucho con planes estratégicos locales, con un fondo de dengue y una inversión de 8.000 millones de pesos" señaló. Entre las acciones destacadas se encuentran la fabricación pública de repelente, la vacunación y el trabajo de descacharrado sostenido.

En ese sentido, remarcó que la campaña de vacunación de provincia fue una de las más exitosas del país: ya se aplicaron 120.000 dosis. "Superamos la cantidad de vacunas colocadas en casi todas las provincias, incluso compramos más que la Nación" destacó.

Además, se pusieron en marcha planes educativos en escuelas primarias, con campañas de limpieza dos veces por semana y formación sobre el ciclo de vida del mosquito.

Uno de los factores claves en la propagación del Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue, zika y chikunguña, es el cambio climático, y reforzó la importancia de las acciones preventivas, "el 90% de la prevención está en eliminar los reservorios: cualquier recipiente con agua puede ser un criadero en cuestión de días" explico. Por eso se insiste en medidas simples como tapar, voltear o limpiar objetos que puedan acumular agua.

A pesar de los buenos resultados, desde Salud insisten en que no hay que relajarse: "El dengue llegó para quedarse, pero estamos en una situación controlada, con una letalidad que es sostenible y un esfuerzo continuo de prevención y concientización" concluyó Chumpitaz.